Hace algo más de un año
mi abuelo murió. Aunque sigo echándolo de menos, he sacado algo
bueno de esto, a mi prima.
Cuando mi abuelo empezó
a enfermar, no tenía mucho contacto con mi prima, pero empezamos a
hablar porque era lo mejor que podíamos hacer para no pensar mucho
en lo que estaba pasando.
Cuando mi abuelo salió
del hospital lo llevaron a una residencia. Iba a visitarlo todos los
días junto a mis primos y tíos. Me gustaba ir a verlo, para pasar
tiempo con él, pero también para pasarlo con mi prima. Ahora me doy
cuenta de lo egoísta que era.
Cuando mejoró lo
llevaron a su casa. Seguíamos yendo a verlo, pero no tanto porque
había empezado el instituto y teníamos ocupadas las tardes. Ahí
empecé a distanciarme de mi prima otra vez.
Al cabo de un año mi
abuelo murió. Fue algo raro para mí porque era la primera muerte
cercana que vivía. Lo pasé bastante mal durante mucho tiempo, pero
volví a encontrar un gran apoyo en mi prima. Su apoyo me ayudaba más
que el de una amiga por ejemplo, porque sentía el mismo dolor que
yo.
Viendo la historia desde
ahora, me doy cuenta de lo mucho que me ha ayudado mi prima, pero
también me doy cuenta de lo mucho que he madurado, porque aunque
quisiera hacerme la fuerte y fingir que no necesitaba a nadie, hay
cosas a las que nunca podré enfrentarme sola, y me doy cuenta de que las personas que menos esperabas pueden convertirse en una parte fundamental de tu vida.
María, tienes que corregir los siguientes aspectos: tu entrada no cuenta con título (es obligatorio que le pongas uno) y presenta muchos errores ortográficos (tienes que volver a leerla y corregirla).
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